MI VIDA AL CONVERTIRME EN VAMPIRA.
Laura Cristina Beas Zaragoza
Yo era una niña de 14 años, una persona normal igual como todos, pero nunca me imagine que en una noche mi vida podría cambiar.
Todo comenzó en un día como todos, ya se ocultaba él sol en las montañas. Yo estaba en mi cuarto escuchando música, cuando mi mama me hablo para que bajara a cenar. Al salir del cuarto observe una sombra de una persona que paso rápidamente, no me dio miedo porque mi mama me había dicho que los fantasmas no existían, pero me quede con la duda de quién había sido. Baje las escaleras me dirigí asía el comedor y al ver a mis padres y a mis dos hermanos les pregunte si alguien había pasado por mi cuarto, al responderme todos que no, no sabía en qué pensar si mis hermanos me habían hecho una broma o deberás había sido un fantasma ya empezaba a asustarme, aun que mi mama decía que no existían solo para que no me asustara.
Me acercarme al comedor me senté en una silla y cenamos al terminar yo y mis hermanos nos fuimos a ver la tele un rato. Después mis papas nos mandaron a arreglarnos para irnos a dormir, me fui a mi cuarto con un poco de miedo por lo que me había pasado, pero no tanto, me puse mi piyama me cepille los dientes y me acosté a mi cama para dormirme, Mi mama entro para darme las buenas noches y apago la luz. No podía dormir del miedo que tenia pero después me quede dormida.
Después de un rato me quede dormida, sentí algo en el cuello solté un manotazo y después escuche cómo en mi cuarto se abrieron las ventanas y entraban las corrientes de aire que sentí en todo mi cuerpo me desperté y alcance a ver que alguien salía por la ventana era alguien vestido todo de negro.
Me regreso a la mente la sombra, que a lo mejor eso era lo que había salido pero después me di cuenta que los fantasmas no pueden hacer eso, entonces creí que habían entrado a robar, me levante de la cama y cerré las ventanas. Salí a revisar toda la casa y todo estaba en orden no faltaba nada.
Regrese a mi cuarto y estando tranquila me quede dormida. Al siguiente día fui la última que se levanto pues amanecí cansada. Me fui al baño a limpiar me la cara y mire 2 orificios en mi cuello y mis dientes raros no note lo que era pero se veían diferentes.
Para bajar a desayunar, me puse una blusa de cuello para que no se observara lo que había en mi cuello. Desayune lo más pronto que pude y después regrese a mi cuarto para investigar que me había causado eso.
La información que encontré solo trataba de los vampiros leí todo acerca de ellos, decía que si eras mordido no mas te convertías en vampiro pero si bebía tu sangre te morirías.
Decía que lo primero eran de los dientes crecerían los colmillos me espere hasta al día siguiente.
Amaneció me desperté para alistarme para ir a la escuela cuando fui al baño para verme en el espejo para peinarme, no me reflejaba en el espejo y recordé que los vampiros no se reflejaban por carecer de alma, entonces me peine como pude y me fui a la escuela.
Al ver a brayan mi novio en la escuela esperándome en la entrada me quede pensando si sería necesario explicarle todo per pensé que eso no importaría y no le dije nada, llegue con él lo abrace y él me dio un beso no me pude resistir en morderlo del labio lo mordí y después me miro y se empezó a reír, al ver la sangre que le escurría del labio sentía querer me beber su sangre. Pero me tuve que controlar, nos fuimos al salón pasaron las clases y llego el recreo.
No se me antojaba nada de lo que vendían pero si tenía hambre, brayan me tomo de la mano y nos fuimos a caminar caminamos asía un árbol grande donde daba la sombra ahí nos sentamos y estaba a punto de decirle lo que me había pasado cuando le di un beso, no lo quería soltar parecía que le dolía lo note porque como me encajaba sus uñas en los brazos, no me importaba después me soltó, yo lo deje lo vi y estaba muerto, lo había dejado sin una gota de sangre, me había salido de control.
Me asuste y comencé a correr lo más pronto que pude. Después de un año todos se olvidaron de lo sucedido aunque me expulsaron y ya no pude regresar y tampoco me aceptaron en ningún otro lugar.
Con el paso del tiempo descubrí varias casas que podía hacer como: podía leer la mente de las personas, me podía convertir en insectos, ratas, lobos y la niebla y aparte que era extremadamente fuerte y cosas que no podía hacer como: no podía cruzar los ríos era eso extraño para mí, no podía entrar a otras casas sin autorización de los dueños y me podría morir si me encajan una estaca o me daban los rayos del sol.
Mis papas creyeron que era una amenaza lo supe porque podía leer sus mentes, aunque ellos disimulaban y nunca supieron que tenía, ya no se me querían acercar, ya no salía del cuarto solo de vez en cuando para ir por comida o cosas que yo necesitara, mis padres y hermanos no me hablaban y al verme deberás que se asustaban. Yo vivía sola en mi cuarto sin nadie.
Una noche quise leer la mente de mi mama para ver que tenía en mente, ella estaba pensando en lo mucho que me extrañaba y en cómo podría matarme para que yo no esté tan triste y sola. Pero eso ya era tarde yo ya estaba mala de una enfermedad que les da los vampiros, que ya no tiene cura la porfiria.
Con la computadora que tenía aunque era un poco vieja todavía servía por eso decidí investigar sobre lo que trataba la enfermedad decía que se presentaba en la piel es acumulación de los tejidos de las porfirinas complemento de la hemoglobina provoca también fuerte enrojecimiento cutáneo, ampollas que se infectan y se forman erosiones y ulceras.
No quería morir tenia aventuras por realizar y mas nunca me imagine que mi vida sería tan corta apenas cumpliría mis 17 años, y lo peor que nunca cumpliría mi mayor sueño, siempre fue en casarme estar viejita con mi esposo sentados frente al fuego en una noche fría, tomando un chocolate calientito y recordando los buenos y malos tiempos que pasamos juntos. Pero me di cuenta que paso todo lo contrario y comprendí que nunca los sueños más lindos y deseados se cumplen.
Se me hizo extraño que mi mama entrara a mi cuarto después de todo lo que había pasado, me miro y se puso a llorar me abrazo fuertemente y me dijo que me había extrañado, y que me quería y que me veía muy mal de salud le conteste que yo también la extrañaba y que la quería mucho después ella dijo que olía muy mal y decidió abrir las ventanas para que entraran los rayos de sol en cuanto lo hizo me empecé a quemar y a hacerme cenizas yo solo observe como mi mama gritaba asustada no sabía qué hacer pero para morir en paz solo quería escucharla decirme que me quería.